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domingo, 28 de febrero de 2021

Algo sobre las marzas

 



Así decía el diccionario, durante buena parte del siglo pasado. Y no era del todo cierto, pero tampoco todo era falso. Los marzantes, o marceros, eran mozos; es decir, hombres solteros, generalmente jóvenes. Santanderinos (cántabros, diríamos hoy), pero también de diversas localidades esparcidas por España, en especial de Castilla la Vieja. Y no en cualquier noche, sino en la última noche del mes de febrero. Y, sí, habitualmente los marceros recibían obsequios. Pero todo lo anterior tiene sus más y sus menos, que van a continuación.

La más antigua noticia escrita sobre las marzas nos la da un Pereda todavía joven, en una de sus "Escenas montañesas" (1864), titulada "La noche de Navidad":


¿Marzas en Navidad? Pues sí; en Cantabria llamaron marzas a todos los aguinaldos; seguramente, porque se hacían de manera semejante, y puede que con igual origen.
Pero claro, si son marzas las de Navidad, de Año Nuevo, de Reyes, de Pascuas... en fin, los aguinaldos de cualquier época, entonces hay marzas casi en cualquier sitio. Así que a partir de ahora hablaremos solo de las "marzas marceras"; las que se cantan en la última noche de febrero.


La primera noticia sobre "marzas marceras" la escribió D. Amós de Escalante en su libro "Costas y montañas" (1871); dice que las rondas de marzas cantan por la noche "con voz plañidera, sin acompañamiento alguno y en un ritmo sencillo de dos frases, parecido al canto llano de la liturgia", y recoge la siguiente letra:


La música (que no recoge), podría ser esta:


O podría ser otra distinta; porque, como dice D. Sixto Córdova en su "Cancionero popular de la Provincia de Santander" (1955), "en cada valle y aún en cada pueblo tienen las marzas distintos modos, títulos, melodías y letras". Y, añadimos nosotros, algo parecido podría decirse de otros lugares de Castilla la Vieja en que se cantan o han cantado marzas.
D. Marcelino Menéndez y Pelayo, en su "Antología de la poesía lírica en lengua castellana" (1890) recoge la cita de "Costas y montañas", y añade que "tiene cierta analogía extraña, pero indudable, con el chelidonismos o canción de la vuelta de las golondrinas, que entonaban los niños de Rodas, y que nos ha conservado el sofista Ateneo". Y recoge una traducción de la letra de dicha canción:

En Rodas se sigue cantando la vuelta de las golondrinas con esta música ( y otras parecidas):


Y se canta, precisamente, el 1 de marzo; por niños que (¡angelitos!) amenazan con venganzas si no les dan aguinaldo.


No ocurre así con las marzas en Cantabria... o tal vez sí, pero más civilizadamente: una especie de contrato sin palabras: do ut des (doy para que des), o más bien do ut facies (doy para que hagas), dice D. Demetrio Duque y Merino en su libro "Contando cuentos y asando castañas" (1897):

Aunque, si no se recibe aguinaldo, también se da la pequeña venganza de cantar inmediatamente alguna copla alusiva a la avaricia, o llena de "buenos" deseos; como, por ejemplo, la que ya recogía D. José María de Pereda en "La noche de Navidad":


Aunque, hay que reconocerlo, los marceros también se despiden cantando cuando se sienten bien tratados:


Y si en la casa hay mozas que lo merezcan, a lo mejor las marzas se prolongan con cantos más relacionados con el cortejo; como, por ejemplo, los "Sacramentos del amor", que se cantan con esta letra u otras parecidas:

En estos cantos, no propiamente de marzas, se introducen generalmente músicas variadas; a veces se adaptan para el canto ritmos propios del baile. Aunque, desde luego, no se bailaba por las callejas, a oscuras... Y con frecuencia, en vez de cantar todos a una, alternan en el canto dos grupos de mozos que previamente lo han preparado así, ya desde los ensayos. Tal vez, un grupo de voces "finas" (agudas) y otro de voces "arroncás" (graves):


Los cantos de marzas propiamente dichos se cantan casi siempre a una sola voz; pero algunas veces se introduce algún rasgo polifónico muy sencillo y con un marcado sabor antiguo, como en la que sigue, que se canta a modo de fanfarria o pasacalle:


Tal vez se retiran ya los marceros relamiéndose pensando en "comer las marzas";  porque no todo es cantar, claro. Y con el correr de los tiempos, desde hace muchos, muchos años,la parte más lúdica (que siempre ha estado presente) gana terreno.


Así lo atestigua D. Demetrio Duque y Merino en su escrito "De las marzas", incluido en la "Colección de canciones populares de la provincia de Santander recopiladas y armonizadas por el maestro R. Calleja" (1901)

Veamos: ¿Es este viraje del rito hacia la fiesta el que hace que las marzas se sigan cantando, o se hayan vuelto a cantar, en tantos lugares de Cantabria? ¿O se produjo el viraje porque aquí estaban más arraigadas?


- En su libro "El muy noble y leal Valle de Soba" (1893), D. Manuel Sáinz de los Terreros dice que las marzas se cantan "en los valles de Santander y sus aledaños de Vizcaya". Y si D. Manuel lo dice, no hay por qué dudarlo, pero otra cosa es lo que ocurre ahora, y la huella que ha quedado (o no ha quedado) en los cancioneros.



- Resulta muy expresivo lo que dice D Federico Olmeda en su libro "Folklore de Burgos" (1902):




- Y algo parecido dice D. Constantino Cabal, en su libro "Individuo y sociedad en la Asturias tradicional" (1925): 



- Aunque actualmente -hay que decirlo- en varios lugares de Castilla y León las marzas vuelven a cantarse, en su "Cancionero de Castilla" (1932), D. Agapito Marazuela habla de las marzas en pasado:

Cabe señalar que por esos mismos años (en un artículo en el diario "El Cantábrico", del 26 de febrero de 1933), Manuel Llano se lamenta, no porque ya no se canten marzas en Cantabria, sino porque ya no se cantan con la devoción de antaño:



- Años más tarde, en diferentes lugares de Cantabria se seguían cantando, o se volvían a cantar, a veces con modos bien diferentes, como dice D. Sixto Córdova en su "Cancionero popular de la Provincia de Santander" (1955):



Actualmente en Cantabria se cantan mucho y de diferentes maneras; en general, con afanes más lúdicos o artísticos que de reconstrucción arqueológica. Generalmente, en rondas mixtas.Voces del Mar hemos elegido cantarlas intentando conservar lo más posible el sabor de canto llano que siempre han tenido. Y aunque este año puede que no estén las cosas como para cantarlas en público, intentamos con este artículo que de alguna forma sigan sonando, y nos damos cita para el año venidero:


















2 comentarios:

Unknown dijo...

¡Qué interesante!
Muchas gracias, Joaquín.

Sara Ruera dijo...

Ha quedado un trabajo muy interesante y bien presentado. Muchas geacias